
Anécdotas veterinarias “Tierra trágame”
Imaginaos un edificio de ocho pisos; en el 5to. piso de ese coqueto edificio vivia una señora (perdón, “señorita”) de unos 60 años (algo disimulados por el maquillaje y la ropa de buena calidad).
Esta señorita era propietaria de una hermosa gatita negra que vivia en el departamento, sin acceso a ningun lugar abierto (bueno, solo al balcón).
Le llama algo preocupada porque Cindy estaba muy “gordita” y algo inquieta.
Después de una anamnesis prolija le resulta extraño que no hubiera ningun dato que hiciera pensar en alguna patología específica.
Durante la conversación surge la pregunta característica: ¿es entera o está castrada?
–No Doctor Cindy nunca fue operada.
Durante el examen físico no percibe ninguna alteración importante, hasta que palpa el adomen…..!!!!!!
Sus “viejos dedos de clínico precolombino”, palpan varios fetos bien desarrollados. Su oído “prediluviano”, auscultan el sonido de los corazones fetales.
Y entonces pregunta: – Pero señorita, ¿¿¿¿¿ésta gatita está preñada?????
La respuesta no se hizo esperar, con un tono algo agresivo y denotando un alto grado de incomodidad le responde:
–Eso es imposible, Cindy nunca sale del departamento.
Imaginen ustedes el asombro del veterinario…. todos sus conocimientos médicos se derrumbaban como un castillo de naipes.
Mientras estaba tratando de recordar si en algun lado había leído algo sobre “fecundación a distancia”, observa caminando por el living del departamento a un enorme gato negro… muy parecido a Cindy.
El veterinario pregunta entonces: –¿Perdón señorita, no me dijo que hubiera otro gato en la casa?
–Bueno Dr. usted tampoco me preguntó.
–Bien, tiene razón, ¿ese otro gato es macho o hembra?.
–Macho, Dr.
–Es entero o castrado????
–Entero Dr., a mi no me gusta castrar a mis animalitos.
–Bueno, entonces esa es la respuesta, el gatito la sirvió a la gatita…!!!!!
–NOOOO Dr. es el HERMANO.
¡GLUP!
¡¡¡Saludos!!!